Situada en la Ruta de los Pueblos Blancos, Bornos destaca por su riqueza histórica, su arquitectura tradicional y su privilegiado entorno natural. Fue asentamiento romano y floreció durante la época musulmana, cuando ya se construyeron sus primeras murallas.
Con la llegada de los cristianos en el siglo XIII, Bornos se integró en la Banda Morisca, frontera del Reino de Sevilla, y más tarde en el Ducado de Alcalá de los Gazules. A partir del siglo XVI, se convirtió en un lugar de recreo para la nobleza, lo que se refleja en sus casas señoriales y jardines renacentistas.
Hoy, Bornos es un destino encantador, lleno de rincones históricos y paisajes que invitan al descanso. Su valioso patrimonio ha sido propuesto como Bien de Interés Cultural y forma parte de la Ruta del Tempranillo y de los Pueblos Mágicos de España.